En espíritu y en verdad – Angélica García
EN ESPIRITU Y EN VERDAD
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Juan 4:24
Una mujer cristiana tenía un gran cuadro con una pintura de Jesús en la sala de su casa. El rostro representado era bellísimo y muchas veces ella se quedaba extasiada contemplándolo. Todas las mañanas se postraba frente a él y oraba. Un día, una amiga de otra ciudad vino a visitarla y ella le ofreció que se quedara en su casa. Esta amiga era cristiana también y la primera mañana que pasó en esa casa, vio que su amiga se postraba frente al cuadro y hacía sus oraciones matinales. El primer día no le dijo nada, pero al segundo, le preguntó:
– ¿Haces esto todos los días?
– Sí, aquí es mi lugar favorito para orar, frente al rostro de nuestro Señor, parece que estoy junto a él.
– Pero… tú te olvidaste del segundo mandamiento que dice: No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso…
– Oh no, no me he olvidado, lo que pasa es que como te digo, me siento más cerca de Dios frente a su retrato, es como si lo estuviera viendo, es tan hermoso…
– Amiga, dime una cosa… ¿Tú crees en la segunda venida del Señor?
– ¡Claro que sí!
– Entonces ten cuidado, porque de tanto estar viendo ese retrato, cuando Él venga podría ser que no le reconozcas…
El arte pictórico y el cine nos ha presentado una supuesta imagen de Jesús bella a los ojos, que ha logrado convencer a muchas personas. Jesús estuvo en este mundo en forma de hombre, hay muchas evidencias de eso, pero no hay ninguna evidencia de su apariencia física. No tenemos ninguna base para hacernos una idea de cómo era, solo en Isaías 53:2, se nos hace referencia a su aspecto físico: «Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos». Dios en Su sabiduría, no puso belleza física en Su Hijo, para que no fuera esa belleza la que atrajera a las personas, sino sus enseñanzas. Así que las imágenes de Jesús hechas por el hombre, están muy lejos de la realidad y la gente se engaña al creer en ellas.
La belleza del Señor está en su esencia, en su amor tan grande por nosotros, en su bondad, en su sabiduría. Esa es la belleza que debemos ver en Él. El objeto de nuestra adoración no debe ser físico, sino espiritual, Él quiere que le adoremos en espíritu y en verdad. El espíritu es la parte divina del hombre, lo que nos une a Dios, el soplo de Dios en nosotros. Nuestros ojos físicos necesitan imágenes para ver, pero nuestros ojos espirituales no necesitan de imágenes. No son nuestras emociones ni nuestro entendimiento lo que nos liga a Él, sino esa parte, el espíritu que nos hace diferentes al resto de los seres vivos.
No nos dejemos engañar, no nos formemos imágenes falsas en nuestra mente. Todos los cuadros que representan a Jesús no tuvieron un modelo real, solo son producto de la imaginación de los artistas, pintores y escultores. Y todos los actores que lo han representado en el cine, tampoco han sido sus «dobles» en cuanto a parecido físico, solo han sido producto de la imaginación del productor.
No miremos lo que está aquí en la tierra, sino que miremos hacia arriba, a lo que está en el cielo, fuera del alcance de nuestros ojos. No nos hagamos una imagen física falsa del Señor, por ahora no necesitamos verle para sentir su presencia. En su debido momento le veremos frente a frente, tengamos paciencia.
Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. Marcos 13:26
Escrito por: Angélica García Sch.
Para: www.mujerescristianas.org