Un día a la vez – Angélica García
Un día a la vez – Angélica García
«Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!» Mateo 6:34
Siempre estamos diciendo que no debemos vivir en el pasado, que los recuerdos no gratos, las decepciones, las traiciones, hay que olvidarlas, dejarlas atrás y seguir adelante, que el hubiera no existe, que lo que pasó, pasó. Pero también el mañana es algo que trastorna la vida de muchas mujeres. ¿Qué pasaría si perdiera mi trabajo?, ¿cómo voy a pagar esto o lo otro…?, siempre mortificándonos por algo. No sabemos disfrutar la vida y no sabemos descansar en el Señor.
Hay que vivir un día a la vez, vivir el hoy. Y esto no significa ser irresponsable ante la vida, significa ser inteligente y tener verdadera confianza en el Dios que todo lo puede y que cuida de nosotras. Muchas enfermedades son causadas por el stress y las preocupaciones. Se dice que la mayoría de las enfermedades que existen el día de hoy, son psicosomáticas. Andamos como un automóvil que está acelerado, cuyo motor puede averiarse. No fuimos hechas para llevar ese tipo de aceleramiento y todo el organismo se resiente. La ansiedad altera el ritmo cardíaco y produce úlceras e insomnio, pero principalmente oprime el espíritu.
Cuántas veces no hacemos un gran trabajo de planificación y las cosas no salen como esperábamos. Esto es porque no las hacemos en el tiempo de Dios, queremos que todo sea cuando nosotros pensamos que debe ser. Hay cosas que están fuera de nuestros límites, por más que nos esforcemos. Es un gasto de energía inútil. «¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?» (Mateo 6:27)
Afligirse por un mañana que quizá nunca llegue es vano y esto no es ser fatalista, es la verdad, no sabemos si mañana amaneceremos ¿y en qué gastamos nuestros últimos momentos? en preocuparnos, en afligirnos inútilmente. Por eso vivamos el hoy, porque mañana… no sabemos.
¿Cómo poder tomar el control de nuestra ansiedad? Dejando que Dios tome el control de nosotros, entregándoles todas nuestras incertidumbres, nuestros temores, nuestras necesidades en general. Solo así tendremos un verdadero descanso interior y a pesar de vivir en un mundo acelerado y desesperado, nosotras seguiremos a un ritmo tranquilo y favorable para nuestra salud física y paz espiritual. Es normal sentir ansiedad, es parte de nuestras debilidades humanas, sobre todo en nosotras las mujeres y las hijas de Dios no estamos exentas de sentirla, pero tenemos la ventaja de que tenemos al Señor para entregársela y Él nos libera de ella, a través de nuestra confianza en Él.
«Descarguen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustedes.”
1 Pedro 5:7
Escrito por: Angélica García Sch.
Para: www.mujerescristianas.org
Excelente reflexión, muy cierta y que a las mujeres nos ocurre frecuentemente.