¡NO PUEDO TENER HIJOS!
¡NO PUEDO TENER HIJOS!
«Tú, mujer estéril que nunca has dado a luz, ¡grita de alegría! Tú, que nunca tuviste dolores de parto, ¡prorrumpe en canciones y grita con júbilo! Porque más hijos que la casada tendrá la desamparada” Isaías 54:1
Inés y Ernesto se casaron y a su boda acudió casi toda la iglesia. Todos estaban muy felices por la unión de los dos jóvenes, que eran muy activos en la congregación y muy queridos por todos. Y así, pasaron a formar parte de los matrimonios, llegando a ser líderes poco después. Pero pasaba el tiempo y “la cigüeña” no hacía acto de presencia en el hogar de la feliz pareja. Todos los demás matrimonios tenían hijos, por lo que no faltaba alguien que les hiciera la pregunta de rigor: “¿Y ustedes cuándo?”, cosa que incomodaba y afligía mucho a Inés. Ella tenía fe, pero se preguntaba lo mismo: ¿cuándo? Más de una vez, Ernesto tuvo que consolarla y secar sus lágrimas por esta causa. Entonces, decidieron acudir con un especialista, para saber qué estaba pasando.
El día que estuvieron listos los estudios que les habían mandado a hacer, esperaban ansiosos al doctor para que les comunicara los resultados. Cuando éste llegó, se sentó frente a ellos y les dijo:
– Muchachos, no les tengo buenas noticias- Inés sintió que su corazón se aceleró, pero su cuerpo entero parecía haberse congelado. No se atrevió ni siquiera a mirar a Ernesto- entonces el médico continuó y después de unas explicaciones científicas, anunció:
– Inés, lo siento mucho, usted no podrá tener hijos- Había sido la frase más cruel que le habían dicho nunca. Ernesto la abrazó y dijo:
– No te preocupes, tú sabes que para Dios no hay nada imposible- lo dijo con tal seguridad, que le transmitió mucha paz a Inés y dejó de llorar. El médico sugirió algunos métodos artificiales, pero los dos los rechazaron, le dieron las gracias y se encaminaron hacia la salida.
Esa noche después de cenar, Ernesto le dijo a Inés:
¿Quieres mucho un niño, verdad amor? Yo también lo quiero, pero debemos ser pacientes, será cuando Él quiera. Hay que esperar en Él, sin desesperarnos…Cuando la ciencia dice no, Él dice sí, si quiere. Inés respondió:
– Pero ¿cómo sabremos si Él quiere dárnoslo? ¿Y si no quiere?
– No empieces a hacerte conjeturas mi amor, no hagas caso de tu mente, sino de tu corazón, ¿qué te dice tu corazón?
– Que Dios es bueno y tendrá compasión de nosotros y que no hay nada imposible para Él.
– ¡Eso es! El siempre escucha a los que lo aman. Debemos aprender a esperar en Él, a dejarlo todo en Sus manos y al hacer esto, tenemos que olvidarnos de que esto es un problema, ya no lo veremos como tal, porque tiene solución y esa solución está en las manos de Dios, ¿no es eso una tremenda ventaja?
– Así es mi amor, ¡la mejor!
Esta es la actitud que deben tener las parejas que no pueden tener hijos. Cuando hay fe, hay esperanza. Cuando las cosas se dejan en manos de Dios, con la absoluta certeza de que Él tiene el poder para cambiarlas, entonces suceden milagros. Si decimos que depositamos nuestra carga en Él y continuamos preocupadas, entonces no estamos siendo honestas con Él, porque esa carga aún la soportamos nosotras.
En la Biblia podemos encontrar los casos de varias mujeres estériles a quienes Dios les dio la capacidad de concebir y lo sigue haciendo hoy en día, pero Dios tiene un plan para la vida de cada uno de nosotros, no hay que desesperar si no viene lo que esperamos, hay que recordar que siempre Sus planes son mejores que los nuestros y suceda lo que suceda, va a ser por Su voluntad y Él nunca se equivoca.
“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego,
presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.” Filipenses 4:6
Escrito por: Angélica García Sch.
Simplemente Hermoso!!! Yo estoy esperando un milagro de Dios, y me ha dado paz, tranquilidad y confianza en El.