Todo viene de Dios – Angélica García
TODO VIENE DE DIOS
Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios. Salmos 86:10
Un día en el año 105 D.C. un chino llamado Ta’ai Lun, inventó el papel. Lo peculiar del asunto es que este invento fue posible gracias a su observación de la construcción de panales de avispas. Las avispas fabrican sus panales de forma redonda y éstos son de papel. La reina avispa fija las bases de la estructura y marca las pautas a seguir por las obreras, quienes posteriormente terminan el avispero. El armazón del panal es una serie de envolturas de papel, que protegen a las larvas de los vientos fríos y en su interior, la reina pone sus huevos. Ta’ai Lun se dedicó a observar el trabajo de las avispas. Vio cómo arrancaban fibras de bambú y las masticaban, mezclándolas con su saliva. Al dejar secar y endurecer, se formaba una pasta parecida al papel maché con la cual construían su avispero. Entonces él imitó el trabajo de las avispas, triturando pedazos de bambú y restos de cáñamo, los mezcló con agua, filtró la pasta, la extendió y la dejó secar al sol. Así nació una esterilla, la cual se puede considerar la primera hoja de papel. Esta fórmula se mantuvo en secreto durante cinco siglos.
A través de la historia, el hombre se ha ufanado por cada uno de sus descubrimientos, considerando el mérito como suyo propio. Pero cada invento humano, cada descubrimiento científico tiene un antecesor: el Dios Creador. El hombre no puede sacar nada de la nada, el hombre necesita de lo creado por Dios para todo lo que hace. La materia prima de Dios es indispensable y la naturaleza, una gran maestra. La sabiduría de Dios nunca nos va a dejar de sorprender y a pesar de que la ciencia está tan avanzada, el hombre sigue necesitando de lo creado por Él, como fuente de inspiración y proveedor de la materia prima. Es sorprendente cómo muchos animales han sido los maestros del hombre, en el caso del papel, lo fueron las avispas. Dios en su sabiduría infinita lo tenía todo preparado para cuando llegara la hora del descubrimiento que iba a hacer el humano elegido para tal misión. Cuántas veces nos hemos quejado por la existencia de algún insecto desagradable a la vista, especialmente las mujeres, diciendo: «¿Para qué Dios habrá creado a estos bichos horribles?». Él tiene un propósito para toda Su Creación, desde el animal más bello hasta el bicho más feo (según nosotros). Como la vida misma, no todo es belleza en la naturaleza, pero todo fue creado con sabiduría por Dios.
Nos sorprende la belleza que existe en el fondo del mar, desconocida para la mayoría de nosotros, pero lo que podemos ver en fotos y videos es espectacular. Allí también el hombre ha encontrado su fuente de inspiración para muchos de sus descubrimientos y avances científicos. Los delfines fueron la fuente de inspiración para la construcción de radares, con el fin de evitar que se repitiese el trágico accidente del famoso Titanic. Estos radares previenen el choque con los icebergs en aguas heladas. Los delfines poseen un sistema de comunicación que se basa en una especie de chasquidos, que actúan de manera similar al radar ultrasónico. Según las más recientes teorías, se trata de una recreación de las características de reflexión de los objetos descritos por el animal: por ejemplo si quiere señalar la presencia de un tiburón, no lo hace empleando un sonido o una palabra, sino que transmite una serie de chasquidos que corresponden al espectro de reflexión auditivo que se obtendría al proyectar sobre el tiburón las ondas acústicas. Gracias a esta observación, el hombre pudo construir radares para los barcos. Y esto es solo un ejemplo más de que todo lo creado por Dios tiene un sabio propósito.
El hombre necesita a Dios para todos sus logros, lamentablemente hay muchos seres humanos que no lo reconocen y siguen creyendo en la teoría de la evolución. Pero mientras más avanza la ciencia, más evidente se hace que tras todo lo creado, existe una mente superior, la cual corresponde solo a nuestro omnipotente Dios, al que amamos y es el único Creador de todas las cosas.
Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder;
porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
Apocalipsis 4:11
Escrito por: Angélica García Sch.
Para: www.mujerescristianas.org