¿Con quien quieres quedar bien? – Angie García
¿CON QUIEN QUIERES QUEDAR BIEN?
Muchas veces ocurre que queremos quedar bien con una persona, entonces procuramos hacer lo que es agradable a esa persona. Un empleado quiere quedar bien con su jefe, lo adula porque le conviene, significa que puede subirle el sueldo o hasta obtener un ascenso. Un alumno, quiere quedar bien con su profesor, pues le conviene para tener su preferencia y que lo pase de curso. Los hijos, cuando quieren obtener algo de sus padres hacen algo, alguna labor doméstica o le lavan el auto al papá para quedar bien y conseguir lo que quieren. Muchos padres, cuando ven tantas atenciones de parte de sus hijos, ya saben hacia dónde van y solo preguntan: «¿qué me vas a pedir?». El ser humano natural, es muy dado a estas acciones, a basar su comportamiento con las demás personas, según lo que pueda obtener de ellas.
Jesús nos enseñó a dar sin condiciones. Él, durante toda su vida terrenal, siempre dio a todos, sin pensar en obtener nada a cambio. El nunca hacía lo que hacía solo para quedar bien, sino que todo lo que hizo fue por amor al prójimo y por amor y obediencia al Padre. «El amor no hace nada indebido, no busca lo suyo…», dice 1 Corintios 13:5a. Esto es lo que también las hijas de Dios debemos poner en primer lugar.
No busquemos quedar bien con las personas solo por interés propio, si hacemos esto, puede que quedemos bien con los demás, pero quedamos mal con Dios, que es lo más importante. Jesús estuvo siempre recibiendo críticas, burlas, ataques, a pesar de no hacer más que el bien. Las cosas no han cambiado desde esos tiempos. Alguien que no sigue la corriente del mundo sufre burlas, críticas, ataques en la escuela, en el trabajo y en cualquier lugar donde se encuentre rodeado de personas que no conocen a Dios. Para quedar bien con sus compañeros de escuela o trabajo, algunos hasta participan en sus fiestas, beben y se comportan igual que ellos. Quedan bien con ellos, pero quedan muy mal con Dios.
Nuestras convicciones deben ser tan firmes que no nos dé temor declararlas. No necesitamos quedar bien con nadie más que con Dios, nuestro Señor. Sabemos que estando bien con Él, actuaremos correctamente. Buscando primero el reino de Dios, todo nos vendrá por añadidura. Y lo único que debemos hacer para quedar bien con Dios es obedecerle. Él no quiere sacrificios, no quiere penitencias, no necesita nada de eso, lo que quiere de nosotros es obediencia. Si estamos en su camino, no nos salgamos por complacer a otros, para obtener lo que necesitamos, ¿para qué? si ¡Él es el proveedor de todas las cosas!
No hay nada que podamos hacer, para «ganarnos» a Dios tal como nos ganamos al jefe para conseguir un ascenso. Solo quedaremos bien con Dios, siguiendo la ruta del amor y la obediencia, es decir, siguiendo las huellas de su amado Hijo Jesucristo.
Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones,
para satisfacer sus propias pasiones.
Santiago 4:3