Pasando página – Angélica García

PASANDO PÁGINA

pasando pagina

Cuando leemos un libro, dejamos atrás la página que ya leímos y pasamos a la siguiente página. ¿Qué pasaría si nos quedásemos en la misma página siempre? Sería muy aburrido, no sabríamos que sucede en la historia que estamos leyendo y no sabríamos cómo termina. Sería algo absurdo tomar un libro para quedarse en la misma página siempre. Hay que pasar las páginas para lograr conocer la historia y su desenlace. Lo mismo pasa con la vida, no podemos quedarnos en un mismo episodio, en una misma etapa, debemos avanzar, seguir adelante. Hay mujeres que cuando sufren un desengaño amoroso, se quedan detenidas en el tiempo, lamentando su desgracia. Esto provoca que la amargura llegue a su vida y se vuelven negativas, se niegan el derecho a darse otra oportunidad. No es sano vivir en el pasado, hay que pasar página.

Quizá sea difícil olvidar un gran amor, pero es cuestión de decisión, de amor propio y de dignidad. Si estás empezando este nuevo año en la misma página que el anterior, recordando, llorando, añorando, te estás privando de todas las oportunidades y bendiciones que este nuevo año trae consigo para ti. No está dentro de la voluntad de Dios que sufras por amor, sino que disfrutes el amor, con la pareja idónea que Él te tiene preparada. Quizá la decepción amorosa que has sufrido, se deba a que te quisiste adelantar a Dios y buscaste tú misma una ayuda idónea, que terminó siendo una ayuda errónea. Si él no era la persona elegida por Dios, pasa página, olvídalo, porque nunca hubiera resultado. No hay nada que lamentar, no era para ti y era mejor que acabara antes de que siguiera más adelante y la caída fuera más fuerte y dolorosa.

Dios quiere que vivamos una vida abundante, rica en gozo y alegría. Y si hay tristezas, Él está ahí para consolarnos. Sabemos que podemos contar con Él para todo y sabemos que nunca se equivoca. También sabemos que para Dios no hay nada imposible. Entonces, ¿por qué sumirnos en lamentaciones, releyendo la misma página todo el tiempo? Que no nos falte fe para enfrentar el futuro. Cuando hay fe, hay esperanza, y nuestra esperanza está en El, que todo lo puede. Demos vuelta la página y veamos que tiene para nosotras la siguiente, el Señor puede tenernos preparada una gran sorpresa.

Dice la Palabra de Dios que seamos como niños en la malicia y maduros en nuestra manera de pensar. Un niño no tiene malicia, no piensa mal de los demás, es transparente, dice la verdad y no es rencoroso. Si algo le duele, llora, pero se le pasa en un momento y pronto está riendo otra vez. Si se pelea con otro niño, en un rato están abrazados nuevamente. ¡Los niños pasan página a los momentos ingratos! Disfrutan de la vida como Dios quiere que disfrutemos los adultos, sin resentimientos, sin quejas, sin amargura. Tienen la capacidad de asombro que muchos de los adultos hemos perdido. Esa facultad de asombro que hace que vivan la vida con alegría, a la expectativa de un mañana lleno de aventuras y sorpresas. ¡Si los adultos pudiéramos ver la vida así, habría menos personas sintiéndose infelices en este mundo!

Cuando Dios hizo caer maná del cielo para que el pueblo de Israel pudiera alimentarse, les advirtió que no guardasen nada para el día siguiente, porque El cada día haría llover maná nuevo y fresco. Quienes no obedecieron esta orden, encontraron que el maná que habían guardado del día anterior, estaba lleno de gusanos. Esa fue la recompensa por su falta de fe. Asimismo, debemos empezar cada año que nos da Dios, sin guardarnos nada malo del año anterior, como malos sentimientos, rencores, tristezas, etc. porque estas son cosas que se echan a perder en nuestro corazón, se descomponen y se agusanan.

Cada vida humana es un libro escrito por Dios. Solo Dios sabe cuántas páginas tiene en total, solo Él sabe qué hay en la siguiente página de tu libro y solo Él sabe cómo terminará. Si no pasamos cada página después de vivirla, nos podemos perder de muchas bendiciones que el Señor ha dispuesto en las siguientes. Agradezcamos a Dios por este nuevo año y comencémoslo llenos de esperanza, confiando en Su bondad y sabiduría.

«Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento»

2 Corintios 4:16

Escrito por: Angélica García Sch.

Para: www.mujerescristianas.org

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