Los niños siempre las victimas – Angélica García

LOS NIÑOS SIEMPRE LAS VICTIMAS

Los niños siempre las victimas

«¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!»Isaías 5:20 (RV)

En el momento de ser padres, los seres humanos adquirimos una gran responsabilidad delante de Dios. Tenemos una nueva vida en nuestras manos, un hijo o hija en quien poner toda nuestra atención, a quien deberemos alimentar física y espiritualmente durante todo su crecimiento y dar una buena educación, inculcándole buenos principios para que en un futuro sea una persona útil a Dios y a la sociedad. El buen ejemplo es la mejor base de la educación para un niño. ¿Pero qué ocurre con los niños que han tenido la desgracia de perder a sus padres o de haber sido rechazados por ellos? Esa responsabilidad recae sobre los parientes más cercanos y en caso de no ser así, sobre el estado y éste debe asumirla con interés genuino en el bienestar de los niños. Los niños desprotegidos tienen tres opciones: la calle, un orfelinato o la adopción, aunque ellos no eligen. La mejor de estas tres opciones es naturalmente la adopción. Todo niño tiene derecho a tener un padre y una madre, aunque sus padres no sean sus padres biológicos. Pero en estos días, ha aparecido una cuarta opción para los niños sin hogar: ser adoptados por parejas de homosexuales o de lesbianas, es decir, crecer en una «familia» con dos padres o dos madres. Esto ha creado controversia dentro de la sociedad y es tristemente increíble la cantidad de personas que están a favor de la adopción de niños por parte de homosexuales o lesbianas. Entre los argumentos más socorridos están: «hay que ir con la época» o «más vale que un niño sea adoptado por homosexuales, a que viva en la calle»…Este último argumento no es válido, no se recogen niños de la calle como si fueran perritos, no es legal. Los niños entregados en adopción siempre provienen de alguna institución, en donde se les provee de techo y alimento.
Para el mundo de hoy, parece ser que ir con la época significa aceptar como bueno lo que antes era malo. Así es que en estos días no tiene nada de malo que los homosexuales se casen y adopten niños, como cualquier pareja heterosexual. Los gobiernos de muchos lugares del mundo les han concedido ese derecho, mismo que han reclamado en grandes concentraciones en las calles de las grandes ciudades. Se han otorgado derechos a los homosexuales, pero se han olvidado de los derechos de los niños de crecer en un hogar, con un padre y una madre, es decir en un hogar equilibrado. El derecho de adopción es un derecho de los niños, no de quienes desean adoptar.
La sociedad que acepta estos cambios, porque «hay que ir con la época», ignora que es todo lo contrario, es ir en retroceso, es ir hacia atrás en el tiempo, ¡es un regreso a la época del Antiguo Testamento! Es volver a los tiempos de Sodoma, en donde la homosexualidad predominaba y desde los viejos hasta los niños tenían esta tendencia o como ahora le llamarían, esta «preferencia sexual». ¿Cómo es posible que hasta los niños fueran así? Los niños hacen lo que ven, los niños siguen el ejemplo de sus padres. Si un niño se cría en un ambiente homosexual, lo más probable es que se haga homosexual. Esto es lo que pasó en Sodoma y es lo que podría volver a pasar si la sociedad está de acuerdo en que las parejas homosexuales adopten niños.
La sociedad se ha vuelto permisiva, complaciente, parece ser que las personas se sienten más buenas y comprensivas aceptando lo que antes era inaceptable. Otro ejemplo es la legalización del aborto. Ahora se comprende a las mujeres que no quieren tener a sus hijos, entonces… ¡hay que permitir que los maten! «Es un sublime acto de comprensión hacia estas pobres mujeres»…También son los niños las víctimas de esta determinación.
Lo que mucha gente no sabe es que también los pedófilos ya están reclamando su derecho a adoptar niños. Alegan que si la sociedad ha dado ese derecho a los homosexuales, por qué negárselo a ellos, por qué discriminarlos si son, al igual que los homosexuales, personas con preferencias sexuales diferentes. Era predecible que al aprobar una aberración como la de los matrimonios homosexuales, la sociedad tuviera que enfrentarse a demandas de otros grupos de gente de «costumbres fuera de lo convencional». Existen más de quinientos grupos de pedófilos en internet y en sus planes está crear debate, tal como lo hicieron los homosexuales para conseguir ser aceptados por la sociedad. Mucha gente tampoco sabe que los pedófilos tienen su «día del orgullo pedófilo» o también llamado «boy love day», lo celebran el 24 de Junio y es el día en el que se llama a los pedófilos de todo el mundo, a colocar una vela azul en algún lugar visible de su comunidad, junto a una nota expresando el por qué la pedofilia no debe ser tomada como un delito. Otra actividad de ese día, consiste en enviar cartas anónimas a los medios, explicando por qué la pedofilia no debe ser condenada por la sociedad.

«Si no se discrimina a los homosexuales, tampoco deben discriminarnos a nosotros».
¿Hasta dónde llegarán los «avances» de la época? Si la sociedad quiere mostrarse comprensiva con las mujeres que quieren abortar y con los homosexuales que se quieren casar y adoptar niños, ¿llegará el día en que también se mostrará comprensiva con los pedófilos y con los violadores? Pues aunque parezca increíble, países «progresistas» y de «primer mundo» que han admitido el cambio del concepto básico del matrimonio, hoy en día tienen bajo los mismos argumentos que usaron para legalizar los matrimonios gay y las adopciones: la no discriminación. ¿Las víctimas? siempre los niños.
La sociedad no piensa en las consecuencias gravísimas que puede desencadenar tratar de cambiar el concepto del bien y el mal. Ningún ser humano tiene derecho a hacerlo, solo a Dios le corresponde decir que es bueno y qué es malo y El no cambia. El concepto del bien y el mal no está sujeto a cambios ni es cuestión de modas. Los niños son joyas preciosas dentro de la sociedad, la sociedad debe protegerlos, no entregarlos en manos de pervertidos.

«He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones. Eclesiastés» 7:29 (RV)

Escrito por: Angélica G. Sch.

Para: www.mujerescristianas.org

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